miércoles, 22 de mayo de 2013

La no-primavera del 2013.

 

Ilustración: Patricia Metola


 A mí esta no-primavera sí que me altera... Estos vientos del norte me revuelven mis no-melenas y me hacen arrugar la nariz mientras en mi cabeza no-vacía me digo a mi misma que qué le pasa a este tiempo, que nos va a volver a todos locos. Y los que ya lo están, enloquecerán más. Esta no-estación con este sí-frío me hace querer, y no-pedir, abrazos que sean como estufas. También pienso que podrían dotarnos durante un momento al día, o tal vez dos o tres, la capacidad de poder leer la mente o al menos saber qué es lo que otros quieren. Tal vez dejásemos de pedir en silencio, de esperar cosas que no-ocurrirán porque no-se saben. Yo quiero ese libro, pienso. Una y otra vez. Como si alguien de los ahí presentes, unos sí-desconocidos, al mirarme a los ojos leyeran "Quiero ese libro, pero quiero que me lo regalen. Porque soy así. No hay explicación racional para todo esto." Pero eso no ocurre, y seguramente, demos gracias a quien haya que dárselas, de que no ocurrirá jamás. Porque tal vez si supiéramos qué quiere, o no-quiere, alguien, qué piensa o en quién no-piensa, si pudiéramos, durante un mísero instante leer los pensamientos de otra persona... ¡Qué nos pillen bien no-confesados! Porque nos lanzaríamos al abismo de un pozo muy grande.

Tal vez, podríamos seleccionar momentos. Un botón que fuese rojo y nos indicase "¡Ahora no chaval!" o uno verde que fuese "Ahora no hay peligro". Sin embargo, mientras escribo lo que esta no-primavera me está dando, me doy cuenta de que no quiero que nadie hurgue en mis pensamientos, que retiro lo dicho. Incluso lo del libro. Supongo que ponemos en nuestras manos nuestros pensamientos y se los mostramos a quien queremos. A veces en forma de email, otras con una sonrisa, una mirada, una caricia. A veces no hace falta decir nada, aunque yo pienso que sí que hay que decirlo (casi)todo. Sobre todo con esta no-primavera. Con esta no-estabilidad meteorológica. Tal vez porque creo que si no lo dices, si te lo callas, si te lo guardas, es posible que crezca algo dentro de ti que un día al despertarte, esté dormido a tu lado y te diga "¡Eh! ¿Te acuerdas de mí? Soy ese no-sentimiento/no-pensamiento que no-dijiste, y estoy aquí, recordándotelo." Supongo que esta es la razón por la que me inquietan a veces los silencios en los que se dice mucho, pero sin decir nada. 

No puedo dejar de pensar, y a veces pienso que tal vez si durante un instante, una mano, bonita, suave, grande e inocente,
se metiera en mi cabeza con los ojos cerrados y cogiera uno de esos pensamientos, tal vez así esta no-primavera se calmase un poco. Porque te diré un secreto, creo que controlo el tiempo. Y te diré otro, ni yo misma sé qué marabunta de palabras sin sentido he escrito. Pero esta soy yo, en una noche de mi no-primavera del 2013.

2 comentarios:

  1. Hay tanta verdad en tus palabras. A mi tambien me altera esta no-primavera, este no-hacer, este no-decir, este no-vivir. Hay que librarse de las ataduras y los miedos, solo asi se convierten las no-realidades en realidades

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  2. Curiosamente, danzando por la red he llegado aquí y también estoy pasando por una no-primavera. Ella devendrá en un verano infernal (no por la temperatura, que ahora nos dicen que quizás no haya verano: http://www.huffingtonpost.es/2013/05/27/2013-ano-sin-verano_n_3341781.html?utm_hp_ref=spain), el cual dará paso a un otoño que será menos otoño que nunca, puesto que ya nada más podrá caer. Finalmente el invierno será el más frío que se recuerde, porque no tendré el calor de un abrazo.

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