miércoles, 8 de mayo de 2013

BSO

 


 Y mientras le hablabas de la última melodía que te rondaba por la cabeza, ella escogía con delicadeza las canciones de la banda sonora de vuestra historia. Pero tú no te dabas cuenta, porque ahora eras adicto al ritmo de sus caderas, al vaivén de su cintura. Te preguntabas una y otra vez cómo era posible que su mirada y su sonrisa se coordinasen tan bien con el movimiento de su cuerpo. Una y otra vez. Pero no se lo preguntabas, por si acaso tenía la respuesta a tu dilema. Y ella lo sabía, por eso nunca te lo diría... Así esa banda sonora nunca se acabaría.

(Historia inspirada en una pareja que ayer vi cenando.)

1 comentario:

  1. Parece mentira como sigues con esa inspiración que tanto te caracterizan. Te sigo desde hace mucho, cuando aun le dabas de comer estrellas a las ovejas, pero supongo que ya ellas saben hacerlo solas y decidiste cambiar de aires. Esto también está muy bien. Dime, ¿Vuelve la inspiración después de un tiempo? porque últimamente a mi me ha abandonado.

    Besos. Lucía.

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