lunes, 3 de junio de 2013

Carta a C.

 

Querido C, allá donde te encuentres cuando leas esto, he de decirte que ya no hay nubes en el cielo. El cierzo se las ha llevado todas. Tal vez ahora mismo estés mirando por tu ventana, si es que tienes, eso espero. Tal vez simplemente continúes leyendo o quien sabe. Hoy te escribo para decirte, lo que me suelo decir últimamente a mi misma. Ya me conoces, a veces tengo descubrimientos feroces que llegan como un huracán cuando me despierto. Hay tantas cosas que no sé... Pero eso ya lo sabes. Todos lo sabemos.
Pero de lo que no tienes ni idea, es que da lo mismo las veces que quieras, y que por desgracia, dejes de querer. No importa los besos que vayas dando, o a quien se los vayas negando. Eso no cuenta. Esto es incontable. Se da la vuelta y tú la das con él. El amor es, querido amigo, la ruleta rusa más grande que jamás hemos encontrado, visto o divisado. Que no importa que tengas veintitrés años o cuarenta y dos. Da lo mismo si estás cerca o lejos. ¡Eso tampoco importa! Las cosas pasan, y de algunas de ellas no te das cuenta. Algunas veces son las mejores...Otras las peores. Otras se quedan en medio, en ese terreno resbaladizo que es la tierra de los no sé. No importan las listas de las razones por las que han fallado las relaciones. No hay una serie de normas que hay que seguir sin salirte de la raya para que todo sea eterno. 

El otro día, mientras esperaba en Correos a que llegara mi turno, escuché a una chica decirle a su acompañante " Bésame siempre" a lo que él respondió "Eso deseo". Y una pequeña sonrisa se dibujó en mi cara, con algo de envidia y algo de romanticismo. "Eso desea" pensé, y ojalá lo consiga, me dije a mi misma. Mientras aquellos dos se derretían con la mirada, el señor de Correos llamaba a gritos al número cincuenta y dos, que era yo. Debería hacerme ese tatuaje pensé. "Los jóvenes mueren de romanticismo" tatuado en mi cadera. Tal vez, quien sabe. Pero tú sí que sabes que yo creo en los momentos, para lo bueno y para lo malo. Y si llega, llegará, y si no... Serán otras cosas.

Con todo esta colección de frases que salen de mis manos, como un monólogo desenfrenado, a donde quiero llegar es que de entre todas las cosas que no sé, sí que sé que lo más importante es quererse. Hacerlo y seguir haciéndolo. De la forma que cada uno sepamos hacerlo, con toda la intensidad que nuestro cuerpo nos deje. Porque eso es lo que mantiene unidos a dos personas. Y sí, es posible que las flores, los discos, los libros, las películas del cine que tanto odias, pero tanto le gustan, las cenas, o los mensajes cortos y bonitos, hagan sumar a ese amor. Eso me gusta pensar. No sé qué cosas son las que hacen restar, a parte de las evidentes. Pero sé que cuando quieres es maravilloso. La cuestión es que llegue el momento en el que querer y que te quiera sea a la vez, a la par, y luchar día a día porque ese sentimiento perdure...Y no dar nada por hecho y definitivo. Supongo que es como lo que le dijo aquel chico a esa chica, desear que así sea.

Una vez le escribí a A. cuando nuestra amistad estaba a punto de deteriorarse y le dije "Me prometiste que nunca nos haríamos daño, que nunca nos abandonaríamos, y sin embargo mira a donde hemos llegado" y un amigo común a los dos me escribió diciéndome que las promesas tienen valor sentimental en el momento en el que las haces, que luego dejan de tener sentido, que de nada vale preguntarse y reprochar por qué prometimos cosas que no llegamos a cumplir del todo.
Así que, a pesar de que cuando lloras te diga que siempre voy a estar ahí, que soy tu amiga, y esa infinidad de tontadas que te digo sin parar para que sonrías un poco, a pesar de que te prometo cosas infinitas, las cuales ya sólo me queda desear que ocurran, a pesar de que no sé nada de sentimientos... A pesar de todo, he de decirte que ojalá tu "para siempre" sea lo más real y bonito que este mundo haya visto. Eso sí que lo deseo, y tomarnos los tres empanadillas en libaneses...Y si solo tenemos que ser los dos, no te preocupes, encontraremos otros "Para siempre" que sí que se hagan eternos.

Que las lágrimas no te hagan dejar de reír, y cuando te duela el pecho, abrazo contra abrazo y traspaso de dolor. Soy buena llevando pesos a la espalda. Ya sabes, pocas veces me quejo. Querido C, límpiate esa lagrimilla y dedícate una sonrisa. P. me dijo el otro día "Lo importante es quererse, es lo único que importa" y sabes, tenía razón. Esa fue una gran revelación.

1 comentario:

  1. Me alegro mucho de que ya no haya nubes en tu cielo :) Supongo que la única realidad es que para bien o para mal, nada es para siempre, nada es eterno. Todo evoluciona, cambia, se moldea, se dobla, se retuerce, cae. Por tanto, la conclusión irrefutable es que, cuando la alegría puebla nuestros corazones, no hay más que disfrutar de ello sin pensar en la incertidumbre del mañana y, cuando se está mal, hay que darle una tregua al destino, dejarle hacer y deshacer para que, a poder ser más temprano que tarde, la vida vuelva a darnos ganas de vivir.

    ResponderEliminar